- ¿Cuáles son los beneficios de acoger a un estudiante de intercambio internacional en tu casa?
- ¿De qué se trata la experiencia de alojamiento?
- Testimonio de una Familia Anfitriona: una familia anfitriona italiana que alojó a un estudiante japonés
- Experiencia de Akemi: De Japón a Brescia
- El viaje de Paulo: De México a Piacenza
- La Aventura de Mauricio: De Ecuador a Italia
- Reflexionando sobre las experiencias de O, Akemi, Paulo y Mauricio... ¡y muchos/as más!
- Experiencia con una familia anfitriona: beneficios y desafíos
¿Cuáles son los beneficios de acoger a un estudiante de intercambio internacional en tu casa?
Alojar a un estudiante de intercambio de América del Norte o del Sur, Europa, Asia u Oceanía significa abrir tu hogar a nuevos horizontes y experimentar la vida diaria desde una perspectiva fresca y única. Al convertirte en una familia de acogida, obtendrás una perspectiva directa y profunda de otra cultura, enriqueciendo y profundizando tu comprensión del mundo. Desarrollarás una tolerancia multicultural que es esencial en la sociedad moderna y cosmopolita de hoy. Además, tendrás la oportunidad de descubrir nuevos aspectos de ti mismo, de tu familia y de tu país.
Al alojar a un/a estudiante extranjero/a, ofrecerás amor, cuidado, orientación y consejo a un/a joven ansioso/a por aprender cómo vivir como un local. A cambio, experimentarás el gratificante viaje de verlos crecer, madurar y encontrar su lugar en tu mundo.
¿De qué se trata la experiencia de alojamiento?
Esta experiencia implica acoger a estudiantes, generalmente de entre 15 y 18 años, por períodos que varían entre 2, 3, 4, 5 o incluso 10 meses, durante los cuales ellos asistirán a un centro escolar local.
Ser una familia anfitriona está abierto a todo el mundo! La composición de tu familia, si tienes hijos/as o no, y sus edades, no importan tanto como tu disposición para compartir una experiencia intercultural con un/a joven estudiante ansioso/a de integrarse en tu estilo de vida.
El éxito de esta experiencia se basa en la conexión que compartes con el alumno de intercambio. Por este motivo, tendrás la oportunidad de elegir al estudiante que formará parte de tu hogar.
Durante toda la experiencia, contarás con el apoyo de uno de nuestros coordinadores locales, que te guiará en el camino y servirá como un importante punto de contacto tanto para tu familia como para el estudiante.
El/la estudiante de intercambio asistirá a la escuela local, donde la administración escolar determinará la ubicación de clase adecuada. En los casos en los que la familia anfitriona tenga hijos/as adolescentes, el estudiante extranjero podría ser ubicado en la misma escuela que su hermano/a anfitrión/a, permitiendo así una experiencia aún más integrada.
Testimonio de una Familia Anfitriona: una familia anfitriona italiana que alojó a un estudiante japonés
O (¡así se llama!) regresó a casa a Japón después de 9 meses como estudiante de intercambio en Italia. Sin embargo, ser estudiante de intercambio significa encontrar una nueva familia y, al mismo tiempo, echar de menos a la tuya propia. La familia italiana acogió a O en Italia durante 9 meses, y él se convirtió para ellos en como un hijo. Decir adiós fue difícil porque O dejó una huella imborrable en sus corazones, pero sabían que siempre los recordará y seguirá siendo parte de su familia.
Aquí está la carta que la familia italiana escribió a la familia japonesa al final de la experiencia:
"Hola,
Gracias por vuestros mensajes. Nos alegra que hayáis llegado a casa sanos y salvos. Ahora nuestra casa se siente más vacía sin O, y es extraño ver el escritorio y la habitación sin sus cosas. O ya sabe que Andrea y Margherita pronto la llenarán con su propio desorden, pero por ahora, nuestra casa se siente un poco triste. No dejamos de pensar en nuestra vida con O. Nueve meses pasan volando, pero vivimos juntos tantas experiencias. Ahora nos sentimos un poco más solos, pero los recuerdos nos hacen compañía. A partir de ahora, siempre seremos una familia. Os enviamos nuestros abrazos más cálidos."
Experiencia de Akemi: De Japón a Brescia
Akemi, que vino de Japón a Brescia, vivió con una familia que incluía dos padres y un perro. Cada semana, cocinaba platos tradicionales japoneses para ellos, como el ramen. Akemi lo ha pasado de maravilla en Italia y estaba muy feliz. Había hecho muchos amigos en la escuela y le encantaba absolutamente la comida italiana, especialmente la pizza y lasagna.
Más allá de la comida, para Akemi, la mayor diferencia entre Japón e Italia era el sistema escolar. En Japón, nos contó, la escuela era más desafiante, con clases que duraban hasta las 3:30 de la tarde, seguidas de diversas actividades como deportes, canto y baile.
Lo que disfrutó de Italia fue que la escuela solo ocupa la mañana, lo que le da más tiempo en la tarde para pasar con amigos y familia.
El viaje de Paulo: De México a Piacenza
También hablamos con Paulo de México, quien estaba saboreando un delicioso gelato de pistacho y avellana durante la entrevista.
Paulo vivió con una familia que tenía tres hijos/as en Piacenza, y también estaba muy contento con su experiencia en Italia. Hablaba italiano casi con fluidez y asistía a un instituto agrícola. Tres cosas de Italia le impresionaron más. Primero, la importancia de la familia: al igual que en México, es común reunirse para las comidas, y le encantaba visitar la casa de su abuela italiana los domingos; la comida era genial, y la compañía aún mejor.
Segundo, a Paulo le sorprendió descubrir que en Italia, los estudiantes pueden elegir entre diferentes caminos en la enseñanza secundaria, como liceos científicos o clásicos, escuelas de cocina y otros institutos especializados en campos específicos. Para él, esto es una gran ventaja para las perspectivas de la carrera futura.
Finalmente, le encantó que en Italia podrías visitar fácilmente muchas ciudades con solo unas pocas horas en tren. Aprovechó esto de inmediato y ya había visitado Milán y Venecia con su familia anfitriona y amigos.
La Aventura de Mauricio: De Ecuador a Italia
Hace unos meses, Mauricio de Ecuador decidió convertirse en un estudiante de intercambio y eligió nuestra amada Italia como su país anfitrión.
Después de pasar un año inolvidable, el 1 de mayo Mauricio volvió a Ecuador para reunirse con su familia, dejando un pedazo de su corazón en Italia. Su familia de acogida lo recibió con los brazos abiertos y, durante diez meses, le guiaron en la descubierta la cultura, historia, y lengua italiana.
Mauricio compartió con nosotros que nunca olvidará esta experiencia y que encontró un segundo hogar en Italia.
"Con certeza puedo decir que mi experiencia en Italia fue hermosa. Lo describiría como una montaña rusa; al principio, todo parece una montaña gigante que nunca terminará, pero después, la bajada es rápida y divertida. Durante estos meses, conocí a tantas personas a las que quiero profundamente, que ahora son parte de mí y las considero mi familia. Si pudiera, viviría mil veces esta experiencia."
Reflexionando sobre las experiencias de O, Akemi, Paulo y Mauricio... ¡y muchos/as más!
Hablar con O, Akemi, Paulo y Mauricio nos hizo reflexionar sobre muchos aspectos positivos de alojar a un estudiante internacional. ¿Te inspira compartir tu hogar con un estudiante de una cultura diferente? Hospeda a un estudiante internacional y descubre cómo "ampliar" tu familia.
Experiencia con una familia anfitriona: beneficios y desafíos
"La idea de acoger a alguien de otra parte del mundo en nuestra casa nos intrigaba, y rápidamente acordamos que era algo que queríamos hacer. Mi familia ya había sido una familia de acogida antes, así que estaba emocionado de ofrecer esta oportunidad a nuestros hijos/as."
Las preocupaciones de la familia de acogida pueden ser:
- ¿Cómo sería tener a un desconocido/a en nuestra casa?
- ¿Cómo afectaría a la dinámica de nuestra familia?
- ¿Serán nuestros propios hijos/as colaboradores y serviciales?
- ¿El/la estudiante de intercambio aceptará las normas de nuestra familia?
"Crear una relación requiere esfuerzo y puede ser un reto en ocasiones. Pero es importante hacer esfuerzos constantes para relacionarse con el invitado."
"Creo que acoger a un estudiante de intercambio no solo enriquece tu propia vida, sino que también crea una experiencia intercultural para toda la familia. Facilita que tus propios hijos/as consideren irse al extranjero ellos/as mismos, ya que ven de primera mano cómo es."